El
cambio empieza con una sola persona, que obtiene el kit “huella
rural”, compuesto por una maceta de tela ( lona reciclada )
octogonal que contiene 8 macetas más pequeñas, que funcionan como
semilleros. Estos semilleros están hechos con turba, un material
orgánico muy utilizado en la crianza de este tipo de hortalizas.
Cada pequeña maceta tiene plantada una hortaliza diferente. Además
el kit lleva unos clips identificadores para colocar en los buzones
vecinales con la ilustración de cada una de las 8 hortalizas, las
cuales son: tomate, judía verde, zanahoria, lechuga, coliflor,
calabacín, acelga y col de bruselas ( cada una de ellas escogida
específicamente por sus propiedades y habilidades creciendo en un
ambiente urbano ).
La
persona que ha adquirido el kit ( el promotor ), reparte una maceta a cada vecino y
empieza a cuidar la planta, haciendola crecer. Evidentemente, cada
vecino está cultivando una hortaliza diferente, y todo el mundo lo
sabrá por medio de los buzones, donde estará el clip identificador,
con la ilustración correspondiente, colgada del buzón del vecino
que la está cultivando. El sistema comienza cuando las hortalizas ya
han dado sus primeros frutos, y se inicia el intercambio vecinal.
Los
objetivos previstos son: Mejorar la comunicación y la relación
entre vecinos de un mismo edificio y crear una cooperativa vertical,
cultivar hortalizas en casa con el evidente beneficio que esto
comporta, comer sano, sin aditivos ni pesticidas, crear una red
vecinal de intercambio de hortalizas fomentando el intercambio como
moneda única, promover la conciencia ecológica, sistema educativo
que puede enseñar a muchos niños a cultivar y comer de una manera
sana.